05/06/12

Miss Moshou: La Soledad

Siempre haz estado allí y he sido tan ciega y tan cobarde por no saber como lidiar contigo, ni como enfrentarte. Siempre he sabido que soy temerosa, pero en estos días en que el vacío total de la casa se hace más perceptible siento que no puedo con el. Me levanto, enciendo la tele, camino, fumo, trato que la música calme la inmensa ansiedad que me saca de mis casillas, mi corazón se agita al compás de las pisadas del corsel en una carrera de caballos, grito, lloró, te busco, te encuentro, te veo, te huyo, corro, tropiezo, caigo y termino por entender que todo es producto de mis miedos. Un grito desgarrador se asoma desde lo más profundo de mi alma, siento como me recorre, como atraviesa cada centímetro de mi cuerpo buscando salir, queriendo escapar...¡Noooooo quiero estar solaaaaaaaaaaaa!. Me tiro y lloró amargamente....

Hoy me levanté mas tranquila, mas aliviada de mi mismo. Tomé el teléfono y acorde una salida con los amigos. El día paso tan rápido que creí no haber vivido en él. Llego la noche. Salí sola y sin mas compañía que los amig@s. Quería experimentar "la libertad", esa libertad que tanto ansío y que parece nunca lograré encontrar. Curiosamente en aquel encuentro sentí la soledad más profunda pese a que estaba rodeada de compañía, veía a mi alrededor y atinaba tomar en cuenta la conexión que los demás hacían entre sí, ese "click" que no logró conseguir. Callé, observé, reflexioné, y logré caer en la cuenta que siempre he preferido vivir contigo, me gusta fiel compañía querida amiga soledad.

He logrado abrir camino a entender que mis relaciones no tienen que ver con las debilidades y fortalezas que veo en el otro, si no más bien en que yo misma no he sido capaz de controlar la más minúscula de mis emociones, que mis sentimientos de miedo, ansiedad y frustración me han mantenido encarcelada y cegado culpando a todos los demás de mis problemas existenciales y abismales. Dejando caer el yugo de mi veredicto sin total contemplación sobre los demás. Cuando en el fondo de todo no hay mas culpable que yo misma. 

Ahora debo aprender a vivir contigo y saberme acoplar a tí y tu a mí, seremos fieles y buenas amigas porque al hacernos indivisibles lograré entenderme y traspasar al sendero que todos buscamos: la felicidad.

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